

Hace muy poco; el día que murió Néstor Kirchner vi mucha gente llorando; mucha gente…
Eran algo más de las nueve de la mañana de ese día, cuando recién me habían avisado por teléfono de la novedad, que me pegó muy fuerte; como esos cachetazos que no se sabe bien de dónde vienen.
Por supuesto que inmediatamente me puse a reflexionar sobre el futuro…
En esas circunstancias lo vi al de
Me miraba buscando complicidad y gritaba muy fuerte y contento con cara de De Angeli: - ¡Se murió Kirchner… se murió Kirchner!
Me pasó a menos de dos metros.
Me dejó perplejo, porque no me había percatado aún de la otra cara de la moneda; no había tenido tiempo ni de pensar en la derecha reaccionaria que se alegraría de esta muerte y seguramente ya a esa hora estaría elucubrando alguna conspiración.
Por suerte los Falcon verdes ya no funcionan como antes, porque de funcionar como hace 40 años las Hilux grises les hubieran ido a golpear las puertas de las cocheras.